Tenía ganas de leer algo más de John Green, ya que Bajo la misma estrella me enamoró. Así que decidí probar suerte con esta novela. No sabía muy bien qué me iba a encontrar en su interior y aunque no me ha maravillado, tampoco me ha decepcionado.

En Ciudades de papel nos encontramos con Quentin un adolescente que está a punto de acabar el instituto. Quentin es un chico normal, con una vida normal y está contento con cómo son las cosas en su vida. Sin embargo, Margo, la vecina de la que Quentin lleva enamorado mucho tiempo, no piensa lo mismo. Aunque apenas se hablan, un buen día, Margo le propone un alocado plan nocturno a Quentin, un plan que implica allanar algún que otro sitio y hacer alguna que otra gamberrada. Después de esa noche, Margo desaparece sin más.

Quentin es un personaje que no destaca mucho, pero gusta bastante como protagonista. Tiene las cosas claras, es algo soñador y poco aventurero. Sin embargo, en alguna ocasión me ha llegado a cansar un poco porque, llegado a un punto de la novela, el único tema de conversación que tenía era Margo.

Por su parte, Margo me ha resultado todo un misterio. A pesar de que al final se explica todo, no he llegado a comprenderla. Es un personaje muy complejo con una forma de pensar y de ver la vida muy diferente. Y, aunque al final descubrimos todo, no sé que pensar de ella y de su forma de actuar.

Ben destaca muchísimo en la novela por su humor ácido. Gracias a él la novela adquiere un tono diferente ya que hace reír al lector con sus comentarios jocosos y directos. Eso sí, es un amigo para quererlo, porque tiene lo suyo.

Radar es el que menos me ha gustado de todos. Aunque me hacía gracia su manejo de Internet y su obsesión con Omnictionary. Eso sí, reconozco que hacía muy buen contrapunto con los otros dos amigos.

La novela está dividida en tres partes totalmente separadas. La primera de ellas, la más amena, es la que servirá de gancho para que el lector siga leyendo. Es la que más me ha gustado porque me ha parecido divertida y amena. La segunda me ha parecido muy lenta y algo densa, por lo que el ritmo de la novela es muy variable decae durante muchísimas páginas para luego volver a remontar. Aunque debo reconocer que la tercera parte también me ha gustado mucho por cómo se desarrollaban los acontecimientos y lo bien que se habían organizado los protagonistas.

La narración es sencilla, amena y atrayente. No puedes parar de leer. Además, tiene una forma peculiar de introducir temas y hablarnos de ellos. En esta ocasión, John Green quería de las ciudades de papel y lo ha hecho de la mejor manera posible, es decir, con una historia contemporánea muy juvenil que además de entretener, te hace pensar acerca del tema.

Una de las cosas que más me ha gustado de la novela es ese mensaje que deja el autor sobre que no debes juzgar a las personas sin conocerlas, pues quien parece popular y muy feliz con su vida, puede sentirse un desgraciado y quien parece el pringado del instituto puede ser el que tenga las cosas más claras. Asimismo, el libro trata más temas, como la amistad, la aceptación de alguien por cómo es, el futuro, la adolescencia, la madurez, etc. Son muchos temas, pero John Green los ha sabido llegar muy bien.

El final de la novela es bastante cerrado, aunque no todo queda debidamente resuelto. Los personajes cambian, maduran, pero tendrán que seguir haciéndolo para enfrentarse al futuro, para adaptarse a todos los cambios que están por venir. Aunque no es el final que todos estábamos esperando, te deja satisfecho.