Una parte de mí deseaba leer Seraphina, pero la otra se resistía ya que Firelight me dejó un regusto agridulce en los labios pues, aunque disfruté de la historia, me pareció una copia de Crepúsculo. Por eso tardé tanto es sumergirme en esta historia que ha resultado ser todo un descubrimiento para mí.

Esta novela cuenta la vida de una chica que intenta pasar desapercibida mientras a su alrededor, el Tratado de paz que firmaron antaño los dragones y los humanos parece tambalearse con la muerte del príncipe Rufus.

Seraphina, Phina para los amigos, es una joven con muy poca autoestima y que se infravalora constantemente. Sin embargo, ella es todo lo contrario, ya que demuestra que es valiente y muy fuerte. Por tanto, estamos frente a una protagonista atípica que evoluciona de forma constante, creciendo como persona. Además Phina tiene una particularidad y es que cuenta con un jardín de grotestos, tema que, por cierto, me ha fascinado por su singularidad.



Lucian Kiggs, por su parte, es el bastardo de la corona. Es cercano, pero también incansable pues le apasiona investigar y descubrir los secretos de la gente. Tiene una personalidad atractiva y muy carismática, por lo que es imposible resistirse a sus encantos.

No me quería ir de esta reseña sin mencionar a dos personajes más: Glisselda, que es todo alegría y positividad (y por eso me ha conquistado) y Orma, el tío de Phina, que es un encanto de persona a pesar de que, a veces, es un tanto busco.

Todos los personajes que tienen cierta importancia en la trama sufren una evolución constante, sobre todo Seraphina y Orma, cuyos cambios son más notables, lo que hace que la historia sea mucho más realista.

El libro no sólo tiene un prólogo de lo más extraño, sino también un comienzo un tanto introductorio. Racher Hartman nos sumerge en un mundo completamente nuevo, lleno de términos propios y situaciones que escapan, al principio, a nuestro entendimiento. Que no os asuste la terminología propia, pues al final hay un glosario para consultar todas nuestras dudas. Además, una vez que te metes en la historia, no puedes parar.


La autora ha escogido a a los dragones, unas criaturas fantásticas muy explotadas en la literatura, y les ha dado cualidades nuevas, convirtiendo la historia en algo novedoso, refrescante y, por supuesto, original.

La novela cuenta con una narración detallada que nos hace perdernos en la inmensidad de las calles y edificios de Goredd a través de un vocabulario culto y muy cuidado. Seraphina cuenta con una trama vivaz, pero también astuta, pues todos los detalles son importantes para el desarrollo de la historia.

Es cierto que el romance es muy previsible, pero eso no le quita realismo, puesto que surge poco a poco y de manera muy sutil. Debo añadir que la relación me parece muy tierna y que ambos personajes se complementan muy bien.

Este libro cuenta con in final épico y lleno de acción y, aunque resuelve muchas incógnitas, deja otras en el aire para animar a los lectores a que se vuelvan a sumergir en este mundo de dragones.