Silber, El primer libro de los sueños nos cuenta la historia de Liv y Mia, dos hermanas que tienen que volver a mudarse, en esta ocasión lo harán a la casa del novio de su madre. Pero ellas ya están más que acostumbradas. Todo parece más o menos normal hasta que Liv sueña con su hermanastro y su grupo de amigos y estos parecen saber cosas que se dijeron en ese sueño. Parece una locura, pero ¿y si los sueños fueran más que sueños?

Liv es una chica ingeniosa, divertida y sarcástica, lo que hace no sólo que te diviertas con ella, sino que sea un personaje carismático que hacen la novela mucho más ligera. Además, me ha gustado mucho el escepticismo de Liv porque no se cree nada de lo que pasa, le cuesta aceptar lo de los sueños y eso le da un toque de realismo.

Mia es la hermana pequeña de Liv, aunque no tiene tanta importancia como la protagonista, se compenetran muy bien lo que hace que muchos de sus diálogos fueran hilarantes.

Hay muchos personajes como Lottie (la niñera), la madre, los guays del instituto, los hermanastros, etc. Unos están más perfilados que otros, pero el grupo de chicos no sólo se mueven dentro del tópico, sino que además no están del todo dibujados.

El libro está contado en primera persona, desde el punto de Liv, lo que nos ayudará a conocerla mucho más a fondo y a que la historia sea más cercana.

Este libro es un poco introductorio en el sentido de que gran parte del libro habla sobre la vida de la protagonista, para luego ya ir dando más importancia al mundo de los sueños. Una de las cosas que más me ha gustado de la novela ha sido su originalidad. Nunca había leído nada relacionado con el mundo onírico y la visión de los sueños como un pasillo con puertas me ha parecido muy original.

El romance del libro no termina de estar perfilado porque él es bastante misterioso y, además, es algo precipitado.

En cuanto al halo oscuro y de misterio que Kertin ha querido otorgar, tengo que confesar que el humor que hay en la novela hace que sea más cómico que maléfico.

Otra de las cosas que quiero destacar es su preciosa edición con una portada y contraportada con los dibujos en relieve, con lo cual, son rugosos al tacto. Y la edición del segundo es mucho más bonita.

El final de la novela es muy cerrado, por lo que se podría haber quedado como un libro autoconclusivo, aunque las últimas líneas te invitan a continuar con la saga, cosa que pienso hacer porque me encanta la forma de narrar de esta autora.