Hace unos años, empecé a ver la serie de televisión Poldark y la historia me encandiló, sin embargo, los libros en los que se basa estaban descatalogados en español, por lo que no pude empezar a leerlos. Debido al éxito de la serie, Roca Editorial ha decidido apostar por esta saga.

Si la serie de televisión me gustó, el libro me ha encantado por todo lo que he encontrado página tras página. Winston Graham da unas pequeñas pinceladas del padre de Ross Poldark y de su tío antes de adentrarse en el regreso del protagonista a su hogar tras la guerra. Así comienza una historia que transcurre a finales del siglo XVIII.

Narrado en tercera persona, este libro se centra en la vida de Ross. Sin embargo, esto no impide al autor hacer hueco en la historia a gente de su entorno más próximo. A través de pequeños párrafos dedicados a ellos, podemos adentrarnos en los pensamientos de los personajes más secundarios, lo que nos permite conocerlos más a fondo.

Uno de los aspectos que primero llama la atención de esta obra son sus personajes, ya que todos ellos, en mayor o menor medida, están muy bien construidos. El autor nos muestra la complejidad de todos ellos a través de las decisiones que van tomando a lo largo de la historia.


Ross Poldark es el claro protagonista de esta novela, lo que hace que el libro sea especial ya que estamos frente a un personaje lleno de claroscuros. Criticado por los de su clase, pero querido por su gente, Ross es un hombre callado que tiene que rehacer una vida que no esperaba encontrar.

Demelza, por su parte, es un personaje con mucha fuerza. Tras su primera aparición, va ganando importancia en la trama, demostrando su valía como mujer y como persona. El contraste que hace con Elizabeth es más que evidente, lo que hace que Demelza gane puntos frente a ella.

Verity se ha ganado mi simpatía por su forma de ser y actuar. Aunque no tiene excesivo protagonismo en la novela, podemos conocer algunos aspectos suyos a través de los diversos encuentros que tiene con su primo Ross.

La narración de Winston destaca por su sencillez, combinada con algún párrafo distinto que rompe con la monotonía y llama la atención del lector. La ágil pluma del escritor atrapa prácticamente desde la primera página.


Otro de los puntos fuertes de la novela es la magnífica ambientación que ha creado el autor. Con descripciones no demasiado largas logra dar las pinceladas necesarias para que te metas en la historia y camines, junto con los personajes, por las calles, el campo o la playa.

Winston ha creado una historia llena de luces y sombras donde las relaciones entre los personajes cambian a medida que van ocurriendo las cosas.

El libro abarca varios años de la vida de Ross Poldark en menos de quinientas páginas. Utilizar una medida de tiempo tan amplia puede ser complicado si no se maneja bien. Normalmente, los saltos temporales, si no están trabajados debidamente me sacan de la historia porque suelen suprimir espacios de tiempo en los que los protagonistas han cambiado mucho y, por tanto, me aleja de los personajes. Sin embargo, en este caso, lejos de alejarme de la trama, estos saltos han hecho que me interesara más porque, aunque algunos personajes maduran, los cambios no son excesivos.

Esta novela es la primera parte de una saga de doce libros y no podía haber sido mejor empiece porque yo ya estoy deseando leer más sobre Ross, Demelza y Verity.

Cuando me adentré en este libro sabía que lo que me iba a encontrar en su interior era algo duro, pero jamás pensé en la crueldad de algunos acontecimientos, crueldad que, por desgracia, se da en la realidad. Quizá no de la misma forma o con la misma intensidad, pero ocurre y eso hace que esta novela toque tanto al lector.

Una lista de jaulas nos narra, desde el punto de vista de Adam y Julian, la vida de este último. La autora utiliza una narración ágil, sencilla y directa para meternos de lleno en la historia y ver la vida a través de los ojos de ambos chicos.

Julian es un muchacho callado y huidizo que parece no encajar en ningún sitio. A través de sus capítulos vamos comprendiendo un poco la complejidad de este personaje y descubriendo aspectos de su vida que no son muy agradables.

Adam, por su parte, es un chico alegre, divertido, amable y torpe que da un soplo de aire fresco a la novela, ya que representa la amistad, pero también el amor y la esperanza. Aunque es todo lo contrario a Julian, ambos chicos encajan el uno con el otro.


Aunque los personajes principales son Julian y Adam, esta novela no podría entenderse sin algunos de sus secundarios que dan vida a las páginas a través de sus intervenciones. Es cierto que unos están más desarrollados que otros, pero la obra pedía que fuera así para que no eclipsaran a los protagonistas.

La historia se divide en dos: la primera parte está dedicada más a los personajes, mientras que la segunda es el desarrollo de los acontecimientos. Personalmente he disfrutado más de la primera porque se ahonda en los pensamientos y reacciones de los protagonistas.

La autora combina el presente con el pasado de forma magnífica, narrando los acontecimientos en los momentos justos sin sobrecargar la historia.


Una de las cosas que más me ha gustado es el contraste que hay entre ambos personajes. Adam, de dieciocho años, y Julian, de catorce. La vida los ha moldeado de distinta manera, por lo que el desarrollo psicológico de ambos es muy distinto. Julian tiene reacciones muy infantiles que, sin embargo, casan con el personaje que ha desarrollado la autora.

Robin Roe da voz a personajes con problemas, abordando estos de manera magistral. No obstante, tengo que matizar que hay cosas que no comparto con la escritora, especialmente lo relacionado con la homeopatía.

Aunque lo que predomina es un sentimiento positivo, es una novela muy dura. La autora mezcla el dolor, la angustia y el sufrimiento con aspectos mucho más amables y alegres que hacen que la lectura sea una delicia porque como escribe Roe en la obra "el odio rebota, pero la amabilidad también".


Una lista de jaulas es un libro para reflexionar sobre la infancia y la adolescencia, sobre los cambios que pueden marcar a las personas y sobre la importancia de tener a alguien en quien apoyarnos, pero también alguien que pueda ayudarnos a afrontar lo que ocurre porque los amigos se convierten en parte de la familia sin que nos demos cuenta, una familia que nos acompañará en los momentos felices, pero también en los más duros.

Es cierto que este libro trata otros temas, pero me gustaría que seáis vosotros mismos los que lo descubráis, por lo que no hablaré de ellos, ya que una de las maravillas de esta novela es la forma en la que se va desvelando todo y cómo van reaccionando los personajes ante eso.

El final, aunque duro, vuelve a estar marcado por esa luz y esa esperanza que parece impregnar toda la historia, lo que hace que el regusto que queda después de acabar el libro sea dulce porque, aunque sufres con los protagonistas, también disfrutas con el amor que transmiten las acciones de los personajes.