Esta historia empezó aquí. Si no has leído el pequeño extracto del 1º capítulo que continúa en esta entrada, te recomiendo que te pases por allí. Puedes acceder, también, a través del índice de esta sección.
"Os robaremos la victoria, ¡¡y la cartera!!"
2
La pesadilla la agarraba aún con sus manos. Pero Liz se
revolvió y abrió los ojos con presura. Lentamente, aún con el sopor del sueño,
se sentó sobre la cama. A su alrededor aun dormían el resto de sus compañeros,
así que se deslizó con sigilo y se vistió todo lo rápido que pudo para no
molestar mucho. Cuando terminó de atarse las zapatillas, se escurrió fuera de
la cabaña de Hermes y echó a andar sin rumbo fijo. Estaba amaneciendo por lo
que no había ningún campista paseando por los alrededores, pero Elizabeth no
podía seguir durmiendo, no después de tener aquel sueño.
Se acercó al lago y se sentó en la orilla. Contemplar el
agua en calma la relajaba bastante. Inspiró y expiró. Inspiró y expiró. Así
varias veces hasta que sintió que el miedo que atenazaba su corazón se
desvanecía. Llevaba en el campamento… ¿cuánto tiempo? Ya había perdido la
cuenta de cuándo llegó. Fue una de las primeras campistas de Hermes y ahora era
la capitana de la cabaña. Y en todo ese tiempo, apenas había salido de allí…
–¿Qué pasa por esa cabecita de rizos rojos? –preguntó un
chico.
Instantes después se sentó a su lado y le sonrió. Era Dorian.
Sus ojos azul grisáceo tenían hoy un inusitado brillo.
–¿Qué haces despierto tan temprano?
–Eso iba a preguntarte yo. ¿Los hijos de Hermes no descansan
nunca?
Le miró inquisitivamente a lo que él levantó las manos.
–Está bien, está bien. Yo primero: me he despertado y no
podía volver a dormir. Estoy demasiado nervioso por la captura de la bandera de
hoy–me miró detenidamente–. Tu turno.
–Simplemente no podía conciliar el sueño…
–Hay algo más que no me quieres contar, lo noto.
–Nada de lo que debas preocuparte. Inquietudes de capitana,
nada más.
Notó sus ojos fijos en ella, como si estuviera intentando
desvelar lo que no le estaba contando. Le gustaría poder decirle todo lo que pensaba,
todo lo que le pasaba. Le gustaría decirle que hoy, más que nunca, sentía que se
ahogaba en el Campamento, en esa cárcel sin rejas. Pero tenía miedo de parecer
débil. ¡Eres la capitana, Liz, debes ser
fuerte! se dijo para animarse.
–Está bien... –comentó Dorian poco convencido–. Me voy a
entrenar un poco, ¿te vienes?
Negó con la cabeza y él se despidió con un tosco movimiento
de brazo.
Se sentía culpable, pero la pesadilla que había tenido y la cascada
de recuerdos que la invadía por dentro en esos instantes la habían dejado algo
tocada. No podía hacer otra cosa que sentarse allí y esperar que todo
desapareciera, como había pasado otras veces, pero los recuerdos de su madre parecían
más persistentes que nunca y parecían querer acosarla aquella despejada
madrugada de primavera….
6 comentarios
Meh, me pregunto qué habrá soñado. El campamento es un poco cárcel, sí, pero puedes salir cuando quieras ¿no? Y si no te escapas xDD Para eso es una hija de Hermes ò.ó
ResponderEliminarUn beso desde la cabaña Ares ^^
Oh, bueno, tiene sus razones ^^ En el próximo relato que suba, lo explicará :)
EliminarBesos!!
Esto... hay cosas que me suenan de algo que he leído ;)
ResponderEliminarMe encanta Liz, y me da penita que esté tan agobiada, a ver si daphne puede hacer que se relaje un poco o algo ;)
¡Un besín!
Sí señorita!! ;P
EliminarSí, su llegada amenizará y todo lo que vendrá después cambiará un poquillo las cosas :)
Besos!!
¡Hola!
ResponderEliminarNo he leído la primera parte del relato, así que voy ahora mismo para allá a ver qué me parece (y para enterarme de la historia).
Por lo poco que le leído por encima, de momento me gusta ^^
Besos :D
Hola!!
EliminarPues espero que te esté gustando todo lo que has leído y que continúes leyendo la historia de esta hija del dios Hermes :)
Besos!!
¡Anímate y comparte con todos nosotros tu opinión! Pero recuerda que los mensajes ofensivos, los comentarios pidiendo links de descargas ilegales o cualquier tipo de publicidad que no aporte nada serán eliminados.