Alexander es un hombre inteligente, tranquilo y con un pasado un tanto misterioso. Hace las veces de pegamento puesto que Oliver y Lionel son dos polos opuestos. Me gusta mucho este personaje por todo lo que lleva sobre sus hombros, pero también porque se preocupa por sus amigos, equilibrando la balanza de esta peculiar amistad.

Oliver es un joven soñador. Vive más en los libros que en la vida real, lo que le ha convertido en un romántico empedernido lleno de ingenuidad e inocencia. Este muchacho enamora por su forma de ser y de actuar (¡quién pudiera tenerle en la vida real!).

Lionel es todo lo contrario. Se trata de un mujeriego que disfruta de todo lo que la vida le proporciona sin cortarse ni un pelo. Detrás de este caracter despreocupado se encuentra un hombre inteligente. A pesar de su forma de ser, es imposible no cogerle cariño, ya sea por sus meteduras de pata o por sus genialidades.

El único personaje que flojea un poco, a mi parecer, es Ailish. De ella llegamos a conocer bastantes cosas, pero no la he terminado de ver del todo perfilada. Quizás se deba a que no he logrado congeniar con la joven.


La narración nos transporta por medio unas descripciones detalladas a la Irlanda de 1903. Gracias a la exquisita pluma de la autora podemos disfrutar de los hechos casi como si los estuviéramos viviendo nosotros mismos.

Tu nombre después de la lluvia es un cóctel perfectamente batido de giros de trama, líos de faldas, ambientación lúgubre, temas policíacos, un toque de romance, mucha amistad y algo de magia. La trama principal bebe de varias subtramas para hacer una historia adictiva donde todo, absolutamente todo, tiene importancia. Victoria Álvarez, por tanto, maneja con elegancia los hechos gracias a un trabajo no solo de escritura, sino también de documentación.

El final es bastante autoconclusivo a pesar de que forme parte de una trilogía. No obstante, deja algunas subtramas abiertas que, estoy segura, darán mucho que hablar en las próximas entregas.

Estamos frente a un libro infantil, por lo que la fantasía tocará lo imposible y lo no creíble. Hay que meterse en la imaginación de un niño para poder disfrutar de la historia plenamente, sin cuestionarse absolutamente nada ya que nos encontraremos, por ejemplo, que los seres humanos pueden tener descendencia con delfines.

En esta novela, se nos da a conocer los dos linajes de Kiso Maravillas, la verdadera protagonista de esta saga. Personalmente, me hubiera gustado disfrutar más de Kiso, ya que la niña solo aparece en las últimas páginas. Esto ha hecho que la obra me pareciera una precuela encubierta.

En esta ocasión no voy a ahondar en los personajes, más que nada porque no he logrado conectar con ninguno de ellos. Entendía sus motivaciones y sus emociones, pero no he logrado sentir apego alguno. Cada uno tiene su función en la historia y sirve para transmitir una serie de valores: Árbol, el amor incondicional; Cian, el sacrificio por el bien común; Barba Gris, la necesidad de estar unidos; los Escalofríos, la importancia de la familia, etc.

En líneas generales, los personajes resuelven los problemas a través de voces interiores, corazonadas o descubrimientos casuales, lo que les resta importancia y valor. Además, ninguno de ellos evoluciona a lo largo de la historia.


La autora tiene una gran imaginación y eso se nota en cada página del libro, en cada descripción. Imaginación que dará para mucho en los siguientes libros, estoy segura.

Me ha costado muchísimo avanzar con la historia, a pesar de que es fácil de leer. Que no aparecería la protagonista hizo que cada vez se volviera más y más pesada. Solo al final descubres que es Kiso la narradora, lo que es difícil de creer, puesto que actúa como narrador omnisciente y no como narradora que relata lo que le han contado. Personalmente, aunque creo que lo de este libro puede tener cierta importancia, creo que no hacía falta narrarlo de forma tan extensa.

La escena del primer capítulo es demasiado explícita para tratarse de un libro infantil y, además, hay partes de la historia que son muy lentas, mientras que otras tienen un ritmo más ameno, lo que hace que la lectura avance a trompicones. Eso sí, reconozco que hay mensajes muy claros y muy críticos que merecen la pena
En cuanto al final, este es muy precipitado. Todo sucede de golpe y no se llega a detallar demasiado, lo que da la sensación de que la autora tenía prisa por acabar. Eso sí, en el anexo podremos conocer, por fin a Kiso, quien tiene mucho que contar. Confieso que han sido estas últimas páginas, tras la aparición de la verdadera protagonista, las únicas que he disfrutado.